XII Trail Urbana Villaluenga

La primera del año en Villaluenga.

Again, o algo.

Esta es la primera también de la liga Naturaventura, un circuito la mar de curioso y gracioso a la hora de corretear alegremente por el campito.

Estamos ante la carrera más amable de ese calendario de cabronadas en las que destaca el para mi imprescindible Virgen de las Piedras y el temible «Desafío de Villaluenga» putada que no tengo el placer de conocer y que a poco que no se cruce Genal en el camino resolveré más pronto que tarde.

Esta es una carrera de unos 14K +450 o algo así, muy corribles y muy disfrutones.

El recorrido.

Y la ofensa.

Lo de «urbano» es porque cuando Chito te da puerta te das una vuelta por ese encanto de pueblo y en menos de un tris ya estás pisando piedra, literalmente.

Me presento con poco entrenamiento he pasado unos días de mucha carga laboral que me llevaron a una pequeña contractura en la espalda que me fastidió bastante una semana, así que voy justo, pero bueno no estoy preocupado.

De nuevo, Salu se viene conmigo.

Este año la temperatura no castiga por lo bajini así que los momentos previos se pasan mejor. No hace frío y ya sabéis si en la salida no hace frío en la meta tendremos calor.

Una vez listos, vamos para la salida, saludos a Chito y para el fondo, allí me encuentro a dos colegas del pueblo que se han venido a echar el rato, Javier y Kiki.

Ambos dos Jaribles del tema, Kiki viene a estirar las patas en breve se pira al hierro a currarse el Maratón del Meridiano siempre que puede tira para allá y bien que hace.

Vamos con retraso, supongo que como es día de inscripciones para los 101 están dando algo de margen al personal, no lo sé.

Estoy muy atrás, me da absolutamente igual. Salu me dice que se va más atrás… ella tiene la costumbre de salir, a poco que le dejen, la última.

Sin demasiadas tonterías, escuchamos a Chito en la cuenta atrás, 3, 2, 1, vamoooooooooos y nos vamos.

Foto de Vicky Barbadillo

La carrera es amable pero no hay carrera en la que ande esta gente sin tremenda putada…

La putada.

Foto de Vicky Barbadillo

Otros años la he subido corriendo pero esta vez he preferido andar la parte final, paso de pegarme una vaciada de la leche… corremos por el pueblo y literalmente nos cruzamos con los primeros, de hecho les cedemos el paso… tras el asfalteo de vuelta vamos ya para el monte.

Foto de Vicky Barbadillo

Que la carrera sea amable no significa que no haya que pelear, esta carrera no te deja tranquilo.

Salimos del asfalto y subimos monte en una subida suave pero constante en un empedrado que no te deja despistarte, hay que andar con cuidado, muchos se echan a lo verde, pero también es desigual, no sé cual es la mejor opción.

Llegando a la parte más alta, que seguro tiene un nombre, para mi «las antenas» comenzamos la bajada.

Una bajada algo técnica pero corrible estamos corriendo entre alcornoques y acabamos en un pisteo muy agradable

Foto de Salu

Ese pisteo termina en los llanos del republicano, en el fondo la Sierra de Libar.

Prados donde las vacas y terneros pacen a sus anchas mientras un montón de gente rara va corriendo, que sabrá esa gente de disfrutar de un buen pasto y el solito invernal.

La sierra de Libar se presenta orgullosa.

Pasamos por algún cauce fácil sin demasiados problemas.

Foto de Salu

He dejado atrás el primer avituallamiento voy cargado de agua, voy bien y no tengo la necesidad de parar.

El día está precioso uno de esos que das gracias porque te dio por ponerte de corto y empezar a correr, como punto de locura y en un giro inesperado de los acontecimientos te dio por hacer lo mismo por el monte.

Los kilómetros pasan que es un contento, no me doy ni cuenta, a lo lejos veo el segundo avituallamiento.

Foto de Vicky Barbadillo

El trote se me hace complicado pero ahí voy, de vez en cuando paro para bajar cardio. Voy a tope de agua y de nuevo paso de parar…

Terrible error, Salu en meta me dice que ahí había queso Payoyo… y yo con geles… la madre que me.

Nos metemos en un bosquecillo las hostia de bonito, el año pasado ahí había barro para aburrir pero este año no… es una delicia, con el careto pago.

Foto de: Ocaña Outdoor-Adventure

En efecto estoy disfrutando como un crío, sé que vamos para El Puerto de las Viñas y es un poco coñazo, pero voy disfrutando y charlando con el resto de compañeros de fatigas.

Salgo a una pista forestal y me doy cuenta que ya estoy en el puto Puerto… ¡Han cambiado el recorrido! Miro atrás y veo el camino original y le saludo con la manita.

Delante mío, Villaluenga.

Foto de Vicky Barbadillo

Y «hamijos» a calzón quitao, bajo con todo el cardio por las nubes y el ritmo de locura… que alguien me pare que voy como un avión.

Tardo poco más de dos minutos en bajar y Chimpún… Chito inmortaliza la alegría de meta.

Foto de Chito.

Y nerdo en meta.

Voy que me las pelo hacia mi tienda favorita y hago lo propio.

El botín estaba pactado con The Parient, un cuarto de queso de cabra semi y un bote de miel con piñones… el desayuno de los dioses o algo. Ma-ra-vi-lla.

Luego fui a buscar a salu así que volví a subir la cuesta y me metí de nuevo en el bosque… una vez ella en meta fuimos a sufrir al bosque.

Parte del sufrimiento.

Todo esto por 12 pavos… no hay foto de la bolsa del corredor porque opté por pasar de ella y aprovechar el precio reducido creo que el precio normal era 19€ incluyendo camiseta y comida en meta. De cualquier manera un precio cojonudo para una carrera cojonuda.

Perfecta para el que empieza y genial para los que estamos hartos de correr por el monte, un encanto.

Los voluntarios una maravilla y la organización de 10. Una carrera de pueblo para qué hostias decir más.

¿La próxima? La larga (que no el maratón) de la Sonrisa de Rafa (ay)

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