Trail de la Gran Vuelta Valle del Genal 2023

La corta… la madre que me parió (again)

La corta, insisto… (again)

Como ya os he dado la turra con el formato de esta carrera os dejo un linkito para que veáis de que va la movida. Link y entenderéis lo del again

Esta es la segunda vez que hago «el corto» 50,46K +2994 según mi Garmin, 51K +2800 según la organización y 5k +300 según la guardia urbana.

El recorrido:

La ofensa (ay)

Me planto a recoger el dorsal con una buena preparación, creo. Hace unos días pillé un virus o algo que me echó para abajo pero a nivel piernas estoy bien… quitando el típico dolor en el gemelo que aparece justo a última hora.

El Valle del Genal me recibe con buena cara.

El proceso de recogida de dorsal es rápido teniendo en cuenta que nos dan un dispositivo GPS, tenemos que entregar 20 pavos de fianza, los cuales meten en un sobre y luego te los devuelven en meta. Y te explican como funciona.

Fotico para el recuerdo.

Quien me hace la foto me dice que coja la medalla. No seré yo quien haga eso. La medalla ni que sea de pegote solo se toca en meta. La alcantarilla bajo los pies puede venir bien en caso de cagalera por la burrada de carrera a la que nos vamos a enfrentar. La organización está en todo.

Exploro con el coche las zonas de aparcamiento, y como pienso llegar temprano creo que no tendré problemas en aparcar al principio de la carretera de Pujerra.

Duermo en Ronda, de camino, al fondo «Los Riscos»

Me alojo en «Habitaciones la Flamenka». Tiene buenas referencias y allá que voy, entiendo que por 40 pavos que me cuesta no puedo pedir una suite y más teniendo en cuenta que el precio es para dos personas, pero tampoco me esperaba un cuarto tan pequeño que no tiene ni armario.

Lavabo compartido, bueh. La ventana a un pasillo, joer. El cochón malo de cojones, hundido en un lateral, duermo fatal, mecagonto. Qué me hagan una foto porque no vuelven a verme.

Pero uno que no deja que estas cosas le nublen la actitud me levanto medio jodido pero contento… cuando salgo a la calle observo que ha llovido y pienso en Los Riscos (ay) cuando entro en el Valle me doy cuenta que aquí no ha caído ni gota, Júzcar me recibe con los «brazos abiertos».

El día está precioso, puede que pasemos calor pero ahora hace fresquete, desayuno en el «parriba, pabajo» sin duda presagio de nuestro día… allí entablo conversación con otros corredores. Y a prepararme.

Llego a la zona de salida y me encuentro a mi compañero Álvaro, del Deportivo Charquito. Nos hacemos una fotillo para el recuerdo.

Todo es azul en Júzcar, les dió por montar un pitufipueblo y en vez de blanco lo pintaron de Azul, hay figuras de Pitufos en varios sitios.

Tuvieron movida con el propietario de los derechos de esos personajes y tuvieron que cortar el rollo de promocionarlo como «Pueblo Pitufo» pero ahí está, con sus casitas azules, sus pitufos de más de dos metros y su buen rollo.

Entro en el cajón, saludo a Chito, me dice que el valle está en su máximo esplendor que lo vamos a disfrutar muchísimo de hecho me enseña fotos de su móvil con imágenes de la zona de Pujerra.

No puedo más con las ganas de salir por patas.

En esta ocasión no nos «sueltan» la arenga, creo que quieren separar lo que es el Trail de la Gran Vuelta, me parece bien pero me da penica, estaba esperando lo de «Corredores, corredoras….»

Foto de: John Ortiz (Facebook de la organización)

La cosa es que sin darnos cuenta Pepe Yepes y Chito nos dan puerta y vamos que nos vamos.

Correteamos un poco…

Foto de: Daniel Blanco (Facebook de la organización)

hasta que las cuestas del mismo pueblo nos recomiendan amablemente andar…

Vamos en un corre/anda de camino a «Los Riscos» y sin muchas hostias nos los encontramos.

Foto de: John Ortiz (Facebook de la organización)

Me recuerdan mucho al Endrinal en Grazalema, la subida va bien, no quiero sobrarme cuando comenzamos a bajar me acuerdo lo que me comentó Guille él pasó por ahí la semana pasada durante la Gran Vuelta.

Hay que andar con mucho cuidado es fácil darte un morrazo, los escalones son altos, mucha piedra. La cosa es que como vamos frescos todo el mundo va «fuertecito».

Foto de: Daniel Blanco (Facebook de la organización)

El problema es que vas saltando todo el tiempo, saltando y frenando. Cuando salgo de esa zona y me meto en Majales me doy cuenta que tengo la rodilla derecha muy dolorida, casi bloqueada. «Me cago en mi puta vida» no he llegado al primer avituallamiento y estoy muerto.

Foto de: Sara Salazar (Facebook de la organización)

Las cuestas arriba me suponen un sacrificio de la hostia. Estoy tieso, no voy fluido. «Lo dejo estar, no puedo», «Hoy no… hoy no llego a meta» En el primer avituallamiento dudo realmente si entregar la cuchara y tirar para casa.

El cuerpo no tira, tengo una sensación chunga de colapso en las piernas. Pero decido seguir hasta el próximo avituallamiento, total son 5K. He bebido mucha agua y un vaso de coca-cola, he comido algo de fruta. A ver.

No me pregunten el motivo pero llevo pegada esta canción.

En mi mente voy repitiendo parte del estribillo: «Se dice que consiguió la máxima puntuación. En el molómetro del dragón suertudo»

Llego a Alpandeire con las mismas: Abandono, lo dejo, que le den. Mientras como unos bocadillitos de jamón y queso bebo agua veo que llevo algo más de 16k y algo más de 1000 metros acumulados… y aunque parezca mentira me anima.

Mario «El violinista del Genal» me pregunta si quiero decirle algo.. me había quedado empanao mirando en su dirección, pensando en que hacer, le digo que no. Solo que felicidades, es su cumpleaños.

Un corredor de mi rango de edad me pregunta si voy a abandonar, él lo deja estar: «Los riscos, me han dejado tieso», me dice, yo le comento que voy a seguir hasta el próximo, a ver que pasa solo son seis kilómetros… y ahí decido ir como el Cholo Simeone, partido a partido. Avituallamiento a Avituallamiento. Si no puedo me paro, corro cuando pueda.

Salgo de Alpandeire, fotito que comparto en los grupos del club y el familiar.

La tontería de tener el móvil conectado con el reloj es que veo los mensajes y me llega una ola de buen rollo que me levanta el ánimo.

En medio de una bajada yendo a Las Amarillas, me encuentro un corredor en el suelo, le pregunto si todo va bien. Me dice que no, que cree que se ha partido un dedo del pie. Nos paramos unos pocos, le ofrecemos ayuda pero dice que tranquilos que el baja despacito, que no hace falta que avisemos a nadie. Así que tras insistirle un par de veces en acompañarle y negarse a la ayuda tiramos para abajo… estamos en un precioso bosque de pinos la bajada es medio técnica muy corrible, me dejo ir.

Hay tramos que conozco del CxM Alpandeire.

Y mi cabeza: «Se dice que consiguió la máxima puntuación. En el molómetro del dragón suertudo»

Las piernas solo protestan cuando subo, pero la sensación de bloqueo de la rodilla ha desaparecido.

Foto de: Luis F. Partida (Facebook de la organización)

Me he tomado en serio lo de comer algo cada 45′, cada vez que suena la alerta que he programado en el GPS, un Gel o una pastilla de sal en plan alterno, uno normal otro con cafeína, como en todos los avituallamientos y bebo bastante.

Llegamos al avituallamiento de «Las Amarillas» no tengo ganas de comer, pero tienen pera pelada, me encanta y me lío con eso, como varios trozos.

Foto de: Sara Salazar (Facebook de la organización)

Llega el chico que se nos encontramos en el suelo, dice que tiene dos dedos rotos los tiene «colgando» y que solo le duele cuando baja. Le digo que tendría que inmovilizarlos, le ofrezco esparadrapo para que los ate, pero dice que gracias pero no. Y ahí le dejamos. Cuando salimos camino de Faraján, nos recomiendan andar con cuidado con «Los cortafuegos» que son durillos…. durillos dicen… pero bueno de momento la aproximación es un sendero juguetón de esos que animan a darle a la zapa.

Foto de: Daniel Blanco (Facebook de la organización)

La cosa es que ese tramo se deja querer, bajas rápido y fácil pero cuando te encuentras los cortafuegos… ¡Ay!

El primero tiene 1.3km y una pendiente máxima del 27% todo el rato estás sobre el 20%, luego viene una bajadita y otros 600 metros de putada.

La cosa era aguantar hasta no poder más y parar para respirar. Mirando el GPS veo que voy sobrado para el corte una hora por delante, guay. Cuando acabo pienso que esta es «La Cabronada Ilde Cozar» lo evidente es el Jardón pero estos cortafuegos hacen mucho daño.

Las vistas son acojonantes… podría ser una panorámica, pero no.

Eguan.

Epeich

Emor

Mando estas fotos a los grupos y vuelvo a recibir otra ola de buen rollo, las piernas tiesas, el ánimo arriba.

Llevamos mucho rato corriendo un grupete, ya sabéis unos un rato delante otros detrás pero siempre las mismas personas.

Veo Faraján, pero nos hacen bajar a ras de río y bajo con todo, luego hay que subir… horriblemente horrible…

Mantengo la hora de margen, voy bien pero estoy tiesísimo.

Pero sigue en mi cabeza: «Se dice que consiguió la máxima puntuación. En el molómetro del dragón suertudo»

En Faraján pillo un Yatekomo, y me lo como a «caraperro». Viene uno de los compañeros de cortafuegos se presentan sus padres y comentamos la putada que acabamos de vivir. Varios se bajan de la carrera ahí.

Una vez comido la vida se ve de otra manera.

En la mente y en el corazón apretado un nombre, «El Jardón» y hamijos si los cortafuegos hicieron daño… lo subir el Jardón con 30km en las patas es ir al puto matadero, pongo un simpático dibujito para que os hagáis una pequeña idea.

Son dos tramos de 2km con una pendiente de la hostia, subimos por sendero, torrentes secos y su puta madre.

Lo hago como puedo, no hay otra, en medio de la subida el biceps femoral derecho avisa calambre, me paro, tomo una pastilla de Sal, bebo agua y rezo. Sigo despacio, pero al poco la misma zona pero en la pierna izquierda muerde… su puta madre, no llego a colapsar, compañeros me preguntan y les pido que pillen la bolsa botiquín que llevo detrás… «gel frío» y ¡MAGIA! se va el dolor eso no vuelve a faltar en las carreras largas, sigo subiendo, más despacito que la hostia pero los calambres ni asoman. Cuando llego arriba pido a los voluntarios por si tienen, pero no. Bueno, me tomo un tubo de magnesio, como lo que pillo, bebo de todo y para abajo que aquí hace un frío de la hostia.

¿Ven ese pueblecito chiquititillo a la izquierda? Júzcar.

La bajada es dura y en ocasiones hay que parar porque el terreno está descompuesto y la verticalidad recomienda no hacer el gilipollas y menos con las patas listas… y pienso de nuevo… «Hoy no» pero con la variante «Hoy no abandono» mando fotos y recibo buen rollo… pienso «si supieran la falta que me hacen y lo que me están ayudando»

Vamos directos a Pujerra, cuesta abajo troto como puedo voy alternando posiciones con una compañera de fatigas, nos damos ánimos, nos quejamos de todo, nos asombramos con todo.

La primavera de cobre está en su máximo esplendor, corremos por zonas increibles.

¿Porqué corro por el monte?

Llego a Pujerra, como, bebo me pongo el cortavientos y el frontal, es de noche.

Foto de: Daniel Blanco (Facebook de la organización)

El reloj avisa, miro y me encuentro de nuevo ánimos de los compañeros de club.

Bajamos muchísimo y sé que solo es para subir otro tanto. No veo Júzcar por ningún lado, ya no corro ni en las bajadas he tenido un amago de torcedura y a dos kilómetros de meta no vamos a cagara.

Me quedan 500mts y sigo sin ver el pueblo. Voy rezongando. ¿Dónde coño estoy? Subo, subo, subo y no queda nada y sigo sin ver el pueblo… hago una curva y ¡ahí está!

Solo un poco más.

Foto de: Luis F. Partida (Facebook de la organización)

Adivinen qué: «Se dice que consiguió la máxima puntuación. En el molómetro del dragón suertudo»

Duele todo muchísimo pero ya no siento nada, voy bromeando con los voluntarios que nos dan el último empujón. Meta.

Chito, como siempre muy atento, me pregunta que tal y me hace una foto a lo élite (ya la pondré cuando la publique) Pepe Yepes me felicita.

Foto de: Chito en su Facebook

Me como un «perrito caliente» con guarnición de cus-cus y una cerveza.

Me encuentro a Ilde de frente y en vez de pegarle, que sería lo natural, le doy las gracias por la carrera.

«Una putada tras otra pero es una maravilla, el valle está precioso»

Ese es el análisis que le dejo.

Y chimpun.

La bolsa del corredor.

Una chaquetilla rollo chándal para el postureo gordo, gordísimo y la medalla es bonita, bonita… lo sé si se aprecia pero es de metal color cobre, como el valle en el día de hoy. No sé si es la más bonita que tengo.

Gracias a todos los voluntarios, todos sin excepción, maravillosos. Qué capacidad de trabajo y ayuda al corredor. Gracias a la organización, la carrera ha sido dura de cojones pero ha habido momentos que se te apretaba el pecho de lo bonito que estaba todo. Hacemos este deporte para vivir estas cosas, participamos en carreras para correr por sitios que de otra manera no podríamos por no conocer el entorno y que hostias con avituallamientos es más fácil.

Gracias Chito, verte en meta es como llegar a casa. Ah y Pepe… está fatal de lo suyo pero siempre alegra verle ahí dándolo todo.

Todo esto por 55€

La próxima… pagada Bandolerita (no aprendo, no) pero seguro que por medio vendrá alguna otra.

Háganme caso, vengan al sur a correr.

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